Lo que une la bicicleta que nada lo separe

Desde el primer día que uno aprende a montar en bici, tarda mucho tiempo en volver a bajarse. Quizá como yo, muchos han hecho lo mismo: tener la bici, aprender a montar, dejar la “goma” y regresar a ella, así sea para hacer deporte o para convertirla en el medio de transporte para ir a todo lugar, en mi caso, a reuniones, trabajo y hasta a visitar a la novia. Es volver la bici indispensable en la vida.

Pues bien, en esos tantos recorridos por la ciudad, venía pensando en el artículo que debía escribir para SiCLas, donde me había puesto en la tarea de hablar de la mujer y la bici. Sin embargo, teniendo en cuenta que en una entrada anterior se habló de ese tema, decidí cambiarlo drásticamente y opté por hablar de la unión que genera la bici, y con una foto describir e imaginar esa conexión.

La bicicleta ayuda a tener nuevos amigos, de esos que uno se encuentra en la ciclorruta y te sonríen, porque ambos vamos con la misma felicidad de ir pedaleando, porque ambos estamos aportando un poco a generar un cambio, como lo ha tratado de hacer SiCLas en sus años de existencia. Es una lucha a veces silenciosa, donde solo se sienten los pedaleos, pero ver una imagen como esta, donde me encontré con un papá que seguro venía de llevar a su hijo o hija a la escuela, donde desde el inicio le inculca o le trata de transferir el mensaje de que la bici es una opción para transportarse y eso simplemente se traduce en #UnaBiciMás, porque aquí el interés no es decir que habrá un carro menos, sino una persona más pedaleando por nuestras calles, que son difíciles pero no imposibles, que nos han sacado muchas canas, pero con canas y todo las seguiremos pedaleando quienes buscamos de alguna forma aportar a ellas rodando cada miércoles, sin falta. Ojalá alguno de estos días este papá caiga con su hija un miércoles y ruede con SiCLas porque sí se puede rodar y fomentar el uso de la bici en la ciudad.

Por: Daniel Suárez M.
Activista en bicicleta en el mundo de la comunicación y la publicidad.